lunes, 30 de abril de 2012

y llega el Verano...

   Si señor, el Verano está a la vuelta de la esquina y con el nuestros deseos de ser bañados por los rayos solares, ( y porque no decirlo, ponernos morenitos!!, que él sabe popular dice que " así parecemos más saludables"), pero esta acción tan placentera, debemos realizarla cada vez con mayor precaución, pues debido a la disminución de la capa de ozono los rayos solares (UVB / UVA) son más dañinos que antes, por lo que debemos protegernos si queremos evitar el envejecimiento prematuro de la piel o un posible cáncer.
   Protegerse del sol o mejor dicho de los rayos solares, se denomina "fotoprotección" que es la protección o barrera que tenemos ante estos rayos solares.
   Tenemos básicamente 3 formas de protección frente a las radiaciones procedentes del sol:
-Fotoprotección física: Son todos aquellos elementos que actúan como barreras entre el sol y la persona. Es el caso de la ropa, los sombreros y las gafas que impiden que las radiaciones lleguen al individuo. La capa de ozono también funciona como un fotoprotector físico, ya que impide el paso de parte de las radiaciones ultravioleta B (UVB), responsables de las quemaduras solares y los cánceres cutáneos.
-Fotoprotección biológica: Son las defensas que genera la propia persona frente al sol, como por ejemplo el bronceado, que se produce al activarse la producción de melanina (pigmento natural que da color a la piel) por la acción del sol, y que en cierta medida protege la piel frente a las quemaduras solares y el cáncer.
-Fotoprotección química: Consiste en la utilización de productos denominados bloqueadores solares o fotoprotectores, que aplicados sobre la piel la protegen de los efectos perjudiciales de las radiaciones ultravioleta.
   Y aquí es donde quería llegar a parar, a los bloqueadores solares o fotoprotectores. Se denominan así a los productos (crema, gel, leche…), que se aplican sobre la piel con el fin de protegerla de los efectos perjudiciales de las radiaciones ultravioleta A (UVA) o ultravioleta B (UVB).
   Esto es posible porque en su composición llevan unas sustancias denominadas filtros, capaces de frenar la acción de uno u otro tipo de radiación. Las radiaciones UVA, actúan oxidando la melanina (pigmento que da color a la piel) ya existente en la piel, provocando lo que se denomina "bronceado directo", que tiene la característica de desaparecer muy rápidamente.
   Las radiaciones UVB, actúan sobre las células productoras de melanina (melanocitos), activando su producción y oxidándola, provocando el denominado "bronceado indirecto o duradero".
   El grado de protección frente a las radiaciones UVB viene determinado por el índice FPS (factor de protección solar) o también llamado IPS (índice de protección solar). Indica el número de veces que el fotoprotector aumenta la capacidad de defensa natural de la piel frente al eritema (enrojecimiento), teniendo desde bajo-medio a muy alto e incluso ultra.
   Hay que recordar que cuanto más clara es la piel de una persona, mal alto es el factor de protección que debe utilizar.
   Para que los bloqueadores solares (fotoprotectores) sean efectivos, se deben seguir una serie de pautas básicas, las cuales son vitales para protegernos correctamente:
-Utiliza protectores solares adecuados a tus características físicas (fototipo, es decir color de nuestra piel), y que contengan filtros frente a los rayos UVA y UVB.
-Usa la cantidad suficiente, cubriendo toda la superficie corporal. No olvides zonas como las orejas o el cuero cabelludo en el caso de los niños pequeños y calvicie.
-Aplica los productos siempre con la piel seca. Si la piel está mojada, las gotas funcionan como una lupa y aumentan el riesgo de que se produzcan quemaduras.
-Realiza la primera aplicación al menos 30 minutos antes de exponerte al sol.
-Durante la exposición solar debes volver a aplicarte bloqueador (fotoprotector) después de cada baño prolongado (más de 20 minutos) o cada dos horas. Además, es conveniente usar bloqueadores resistentes al agua.
   Hay que tener en cuenta también que la gran mayoría de estos artículos son productos cosméticos de venta libre, y por consiguiente pueden ser adquiridos sin la mediación de un profesional sanitario, el usuario debe disponer de forma clara, precisa e inteligible de toda la información que le permita conocer las indicaciones, forma de aplicación y pautas de administración de los fotoprotectores que adquiere. Para ello, el etiquetado del cosmético resulta un elemento indispensable para que el usuario pueda elegir adecuadamente el producto más adecuado y optimice su administración. En aras de ello, la comunidad científica y regulatoria ha dictado una serie de recomendaciones que deberían reunir este tipo de productos:
• Debe indicarse el tipo de protección que ofrece, haciendo mención expresa en el etiquetado a si el preparado es efectivo frente a las radiaciones UVA y UVB
• Con el fin de indicar que el preparado protege frente a la radiación UVA se introducirá un logotipo UVA  y se indicará también el grado de protección. Para su determinación existe un método de ensayo normalizado por el cual se calcula la protección mínima cuantificada.
• El grado de protección UVB que ofrece el cosmético debe ser indicado claramente con una única escala numérica obligatoria (FPS).
• En el etiquetado del producto no debe figurar la mención «pantalla solar», «bloqueante solar», «protección total» o similares, ya que son términos que tienden a ser interpretados de forma engañosa. Actualmente no se dispone de ningún producto que proteja de forma completa frente a la radiación ultravioleta.
   La uniformidad en los mensajes que incorporan las etiquetas de este tipo de cosméticos es una forma eficaz y sencilla para que el ciudadano sea capaz de interpretar con mayor propiedad la oferta de productos y la información que se ha puesto a su disposición.
   Actualmente podemos encontrar en las farmacias preparados que favorecen el bronceado o incluso que prometen protección solar. Los fotoprotectores orales son productos encuadrados, desde la perspectiva regulatoria, en el grupo de los denominados complementos alimenticios. Genéricamente, por su composición y finalidad, no responden a la condición de medicamento, ni tampoco pueden ser considerados de ninguna manera productos cosméticos, ya que su forma de administración oral expresamente los excluye de este grupo de productos.
   Los fotoprotectores orales persiguen en primer término proteger la piel frente al eritema inducido por la radicación UVB, actuando sinérgicamente con los fotoprotectores tópicos. Los preparados a base de betacarotenos, provitamina A, podrían estar indicados para preservar la piel de la quemadura solar, sin embargo no existen todavía evidencias concluyentes al respecto.
   Adicionalmente, mediante un efecto puramente fisiológico, protegen al organismo de la acción de los radicales libres generados por la incidencia de los rayos UVA sobre la piel y previenen de este modo el fotoenvejecimiento cutáneo.
   Otra de las líneas de actuación de este tipo de preparados es salvaguardar las defensas de la piel.
   Estos preparados están especialmente recomendados en personas con extrema sensibilidad al sol, ya como consecuencia de su fototipo de piel o como resultado de sufrir fotodermatosis, tratamientos con fármacos fotosensibilizantes... Sin embargo, no debe olvidarse en ningún momento que la fotoprotección oral es sólo un complemento a la protección tópica y que ésta última es, en todo caso, IMPRESCINDIBLE.

viernes, 27 de abril de 2012

El ciprés...

  Si hay árbol elegante este es el ciprés... siempre ha llamado mi atención poderosamente... es tranquilo, lánguido, silencioso, elegante, simple.... tal vez por eso se ha ligado a los camposantos, monasterios y lugares de retiro.
   Últimamente, (y por desgracia), he tenido la oportunidad de verlos más de lo que me hubiera gustado. La vida me ha llevado a uno de esos periodos en los cuales hay una sucesión de pérdidas de seres la mayoría conocidos para mí y algunos muy queridos…  una despedida es por norma general triste, aunque sepas que en la mayoría de las ocasiones la persona que se va deja de sufrir. Es ley de vida... todo lo que nace en algún momento muere.
   Soy de las que opinan que hay que expresar el dolor de la manera que más nos libere de él… no es bueno que se acumule, pues todo lo que va llenando… un día desborda… y es precisamente en esta explosión donde es posible que más suframos.
   A todos los seres queridos que ya no están aquí…. Decirles que los recuerdo con cariño y les deseo lo mejor donde quiera que estén…  no veo la muerte como una adiós, pues siempre que recuerde a la persona o venga a mi memoria momentos compartidos, se que de alguna forma ese ser querido vive en mi... morir es simplemente como una transición... así que en algún momento volveremos a vernos.

R.

miércoles, 18 de abril de 2012

¿Sabemos respirar?...

   Alguna vez te has preguntado si sabes respirar?, te has dado cuenta de la importancia que tiene una buena respiración?, vamos a intentar desglosar de manera sencilla y practica esta función fisiológica y así ver los beneficios de una buena respiración y cómo podemos lograrla.
   Respirar es la primera experiencia que vivimos todos los seres humanos al nacer. Es el primer proceso fisiológico que realizamos de manera independiente, una vez separados del cordón umbilical materno. A partir de ese momento se convierte en una actividad imprescindible para la vida, que consiste en absorber el aire por los pulmones, para tomar parte de las sustancias nutrientes que lo componen, y expulsar ese aire modificado.
   Nuestro cuerpo está programado automáticamente para esta acción, garantizando un suministro continuo de oxígeno, que resulta fundamental para la obtención de la energía que requiere el organismo en nuestro día a día. Así mismo, la respiración interviene en el desarrollo de todos los procesos fisiológicos: asegura la actividad cerebral, así como el funcionamiento del sistema nervioso, las glándulas, los músculos y los órganos.
   Respirar es, por tanto, mucho más que llenar de aire los pulmones. Es sinónimo de hálito, soplo y vida. Aunque debido a su carácter mecánico la mayor parte del tiempo no somos conscientes de su importancia, la respiración es para muchas culturas orientales uno de los métodos fundamentales de control de energía dentro de las artes curativas y la medicina tradicional. Además, no debemos olvidar que bajo circunstancias extremas las personas pueden sobrevivir sin comer o sin beber agua, pero no sin falta de oxígeno.
   Pero respirar únicamente no basta, es indispensable hacerlo correctamente. Por ello, antes de aprender una buena rutina de respiración, hay que saber identificar los factores que impiden que respiremos de forma adecuada. Aquí resumimos los más habituales:
·  Las situaciones de estrés o tensión provocan una respiración agitada y poco profunda, que impide que absorbamos el oxígeno que nuestro cuerpo necesita.
·  Una mala postura, como inclinar el cuerpo demasiado hacia delante o mantenerlo recto pero muy rígido, reduce la capacidad pulmonar y hace que nos fatiguemos.
·  El consumo de ciertas sustancias como medicamentos, alcohol o café puede producir alteraciones respiratorias.
·  Los desórdenes médicos (afecciones respiratorias, asma, alergias, sinusitis, congestión nasal, etcétera) repercuten, obviamente, en la forma en que respiramos.
·  Determinados hábitos alimenticios, como comer de manera muy rápida o hacerlo de manera copiosa, pueden alterar nuestra respiración.
·  La contaminación, la presencia de humos o los espacios mal ventilados son también un factor de riesgo, ya que en estos ambientes nuestro organismo inhala una menor cantidad de oxígeno como mecanismo de defensa.
·  El tabaco es la principal causa de mala respiración y enfermedades pulmonares.
   Obtendremos una serie de beneficios al respirar correctamente. Una buena rutina de respiraciones implica respirar de forma suave, profunda, rítmica, fluida y placentera; nunca deberá forzarse. Si convertimos esta pauta en nuestra manera natural de hacerlo, obtendremos los siguientes beneficios para nuestra salud:
·  Reducción del esfuerzo del corazón y la tensión arterial, mejora de la circulación sanguínea y disminución del riesgo de padecer enfermedades cardiacas.
·  Aumento del número de glóbulos rojos, generando mayor oxigenación y cantidad de sangre, que ayuda a eliminar más fácilmente las toxinas de nuestro cuerpo.
·  Aumento de la capacidad del organismo de asimilar y digerir los alimentos, mejora del tránsito gastrointestinal y un óptimo funcionamiento de los órganos abdominales debido a los movimientos efecto masaje que ejerce el diafragma durante la respiración.
·  Mayor rejuvenecimiento de las glándulas y de la piel.
·  Mejora del funcionamiento del sistema nervioso parasimpático: los latidos se reducen y los músculos se relajan. Todo ello se traduce en una buena actividad cerebral y mental, que repercute en nuestro estado de ánimo.
·  Mejora de la elasticidad de los pulmones, que se vigorizan y se fortalecen, aumentando su capacidad potencial y resistencia ante el esfuerzo.
·  El adecuado suministro de oxígeno ayuda a quemar más fácilmente las grasas, y proporciona un correcto nivel de alimento a los tejidos y glándulas.
Algunas veces y casi sin darnos cuenta, adquirimos malos hábitos a la hora de respirar y después nos percatamos de sus negativos efectos en nuestra calidad de vida. Aprender a identificarlos es el primer paso, os resumo los más frecuentes:
·  Disminución de la capacidad pulmonar y torácica, reducción de la circulación sanguínea, pérdida de calor corporal y sobresfuerzo del corazón para enviar oxígeno.
·  Sequedad en la boca, falta de oxigenación y acumulación de toxinas.
·  Digestión pesada e irregular por problemas a la hora de hacer el metabolismo.
·  Reducción de la regeneración de células y glándulas: envejecimiento prematuro.
·  Deterioro del estado del sistema nervioso e inmunológico.
·  Sensación de cansancio, fatiga, ansiedad, ahogo y malestar general. El cerebro es el órgano que consume más oxígeno, por ello una mala respiración puede ocasionar dolor de cabeza, somnolencia, aparición de pensamientos negativos o depresión.
   Para comprender un poco mejor todo este proceso, debemos revisar las fases de la respiración. Para aprender a respirar adecuadamente, antes que nada, debemos tomar consciencia de que respiramos  analizar cómo lo estamos haciendo. Una respiración correcta es una respiración completa, en la que interviene todo el sistema respiratorio y los pulmones se llenan de aire. Debemos inspirar por la nariz, ya que purifica el aire y regula su temperatura. Asimismo, procuraremos depositar el aire en el abdomen para que el diafragma actúe de soporte antes de expulsarlo. Una respiración completa se desarrollaría, por tanto, en los siguientes pasos:
·  Inspiración: el aire entra lentamente en los pulmones hasta alcanzar su máximo.
·  Retención: el aire se mantiene unos segundos para que las células se oxigenen
·  Espiración: se expele lentamente el aire inspirado, que lleva consigo el dióxido de carbono y el resto de partículas de desecho liberadas por las células y la sangre.
·  Descanso: los músculos y el aparato respiratorio quedan relajados durante unos segundos, antes de volver a iniciar el siguiente ciclo respiratorio.
   Al inspirar, llenamos de aire el bajo abdomen, luego el medio abdomen y, por último, el pecho. El procedimiento al espirar es el inverso. Cuando se respira de manera adecuada el vientre se expande hacia afuera, sin forzar, durante la fase de inspiración y vuelve hacia adentro, de manera natural, durante la fase de espiración. El pecho y los hombros deben permanecer inmóviles durante todo el proceso. Solamente las costillas se expanden durante la inhalación, y se contraen durante la exhalación.
   Los distintos ritmos en los que pueden ejecutarse estas fases dependerán del efecto que queramos conseguir. Un ritmo normal tonificante, consistiría en 8 segundos de inspiración, 4 de retención, 8 de espiración y 4 de descanso. Al comienzo de la práctica de la “respiración consciente” estos tiempos pueden resultar difíciles. Por eso, resulta conveniente empezar por ritmos de 6:3:6:3. Siguiendo la misma pauta de la respiración rítmica consciente, las fases de inspiración y espiración deben durar lo mismo, mientras que las de retención y descanso serán la mitad que las anteriores. Una fórmula adecuada para la relajación sería 2:1:2:1.
   Muchas personas se preguntan ¿cómo puedo saber si respiro bien?. Es sencillo, sólo hay que dedicar al día unos minutos a realizar ciclos respiratorios, mientras observamos si se cumplen las premisas apuntadas anteriormente. En estos ejercicios examinaremos los movimientos que se producen en el bajo abdomen, el estómago (o medio abdomen) y el tórax para verificar cómo se expanden y se contraen acompasadamente. Si colocamos nuestras manos en estos puntos y observamos que éstas no ascienden, es síntoma de que estamos realizando la respiración correctamente.
   De forma más empírica, podemos calibrar la calidad de nuestra respiración mediante una prueba respiratoria controlada por un especialista, en la que se mide la magnitud absoluta de la capacidad pulmonar, el volumen y los flujos aéreos; hablamos de la espirometría. La dinámica de la prueba consiste en respirar dentro de una boquilla conectada a un instrumento llamado espirómetro, que registra la cantidad y frecuencia de aire inspirado y espirado durante un determinado período de tiempo.
   Su uso está indicado para detectar enfermedades pulmonares, pero antes de realizarla debemos seguir estas advertencias: no usar broncodilatadores de acción corta en las seis horas previas a la prueba (12 horas en el caso de los de acción prolongada), evitar fumar o tomar bebidas con cafeína, así como alimentos pesados, entre 4-6 horas antes.
   Para aumentar nuestra capacidad pulmonar, lo primero que debemos hacer es realizar ciclos conscientes de respiración. Practicar yoga es especialmente apropiado para adquirir una buena pauta respiratoria, ya que se basa en ella para regular la concentración y las emociones; un control al que esta disciplina denomina Pranayama (respirar de forma consciente) y cuya clave radica en adoptar una respiración rítmica y pausada a partir de la ejercitación continua y, después, aplicarla a nuestra vida diaria. Además de esto, también debemos tener en cuenta siguientes consejos:
·  Mantener una postura cómoda y relajada y un estado de predisposición, tanto físico como mental, al acto de la respiración.
·  Realizar una correcta higiene respiratoria, evitando ciertos ambientes viciados así como el consumo de determinadas sustancias dañinas.
·  Hacer los ejercicios respiratorios al aire libre o en un ambiente limpio.
·  Realizar la práctica respiratoria una vez hecha la digestión, evitar las comidas copiosas y no ingerir alimentos inmediatamente después de realizar los ejercicios.
·  Dejar de lado hábitos como el tabaco, cuyos efectos negativos han quedado probados tanto a nivel de estructuras como en los mecanismos de defensa pulmonar.
·  Realizar ejercicio físico de manera regular, especialmente aquellas actividades dinámicas que implican la contracción continua de grandes grupos musculares (como el fitness), ya que son las que más estimulan el sistema cardiorespiratorio.
   Creo que ya me he enrollado bastante por hoy, y también es mi deseo que os haya servido de utilidad lo dicho!.
R.

sábado, 14 de abril de 2012

... Moda Heidi.

 
   Quién no recuerda los famosos dibujos animados de Heidi, Marco, Niebla, el abuelo, Clara y hasta la cabra copito de nieve?. Heidi es un libro infantil de 1880, que narra las aventuras de una niña huérfana que vive junto a su abuelo en los Alpes Suizos, cerca la frontera con Austria, ( pertenece a la escritora suiza Johanna Spyri) ... Este libro llevado a serie de televisión formaron parte de la infancia de muchos de nosotros... pero no quiero hablaros de esto... veis esas chapetas rojas que siempre lucia Heidi en la serie?, la que muchos piensan que era por vivir en el campo, con clima de alta montaña y aire puro... pues no.... no no y NO!, yo defiendo que Heidi tenia lo que se denomina couperosis o rojeces faciales.... y son padecidas por muchísimas mujeres y hombres!!. Son mÁs molestas estéticamente que otra cosa, y lo cierto es que en algunas ocasiones puede llegar a ocasionarnos algún pequeño complejo e incluso kilos de maquillaje con la intención de "taparlas" de alguna forma.
   Si nos dejamos guiar por el color de nuestro rostro, existe la tendencia de interpretar la ausencia de éste como síntoma de mala salud, mientras las mejillas sonrosadas parecen ser el claro testimonio de un vida saludable. Sin embargo, cuando este color es consecuencia de pequeños capilares dilatados y enfermos que enrojecen los pómulos, mejillas y aletas de la nariz, nos encontramos ante lesiones vasculares cutáneas que representan un claro indicio de problema facial y, por extensión, estético.
Dicha alteración de tipo vascular, se manifiesta en pieles sensibles y finas con tendencia a la congestión, mediante la aparición de las teleangectasias, capilares venosos vasodilatados, que forman manchas rojizas en la zona media del rostro.
   Las personas que tienden a padecer enrojecimientos de tipo emotivo o por cambios de temperatura son de piel sensible, que pueden llegar a padecer eritrosis facial, enrojecimiento de las mejillas, en la que los capilares son casi invisibles, llegando a convertirse, más tarde, en la couperosis. Su aparición es consecuencia de una mala circulación sanguínea del retorno venoso, cuyos riesgos de aparición, precauciones y contraindicaciones serán iguales a los de una persona con problemas de mala circulación, por lo que, al igual que éstas, deberán evitar los cambios bruscos de temperatura, el alcohol, el tabaco y los excitantes, además de las comidas muy calientes y ricas en especias.
   El principal factor de aparición de esta alteración facial radica en los cambios de temperatura, sin embargo, no es la única: la exposición sin protección al frío, viento o radiaciones, los trastornos de tipo alimenticio o nervioso, los factores hormonales, como el embarazo o las enfermedades, en general, también juegan un papel destacado en su aparición.
   Podemos destacar diferentes etapas. La primera fase se caracteriza por un enrojecimiento-congestión en la zona media del rostro, que primero se manifestará en periodos cortos, pero que, poco a poco, llegará a ser casi permanente de la zona. A consecuencia de las repetidas congestiones, se entra en una segunda fase protagonizada por las teleangectasias, en la que la piel será de un color rojizo, tornándose, después, de un tono rojo-violáceo. La aparición por fases de la couperosis representa una ventaja a la hora de hacerle frente.
   Aquellas personas de piel sensible que se enrojecen con facilidad pueden convertirse en víctimas de esta alteración cutánea. Por ello, es importante realizar tratamientos preventivos y protectores. Si la couperosis llegara a desarrollarse completamente, sólo podría eliminarse de manera definitiva a través de técnicas estéticas: láser, electrocoagulación, o en última instancia, inyecciones, que actúan coagulando la sangre del capilar enfermo, cerrándolo y volviéndolo invisible.
   Que podemos hacer para prevenirlo?, pues una buena higiene facial es importante, sobretodo dada su efectividad, si se van a usar tratamientos posteriores. La higiene debe ser suave y aportar elementos hidratantes y calmantes. Los productos a elegir son las leches, geles limpiadores o syndets extragrasos, tónicos faciales, agua termal y panes dermatológicos. Se aplicarán en el rostro y cuello dos veces al día, por la mañana y noche. Posteriormente, la piel debe secarse mediante toques ligeros sin llegar a frotar. Es aconsejable el uso de mascarillas calmantes e hidratantes al menos dos veces por semana. El uso de exfoliantes está totalmente desaconsejado.
   Con la higiene facial se pretende actuar en la superficie para quitar las impurezas, la suciedad ambiental, restos de células muertas y emulsionar el contenido graso existente en la epidermis. Las características de este tipo de productos permiten conservar el manto lipídico natural ya que si no la piel quedaría severamente perjudicada. Si se utiliza leche limpiadora, los tónicos fáciles o el agua termal se encargarán de quitar los restos de ésta y restablecer el pH fisiológico de nuestra piel. Tanto limpieza, hidratación como protección hacen referencia a la prevención o atenuación de las venas o arañas vasculares más pequeñas.
   Cuando se producen lesiones cutáneas o las arañas más grandes e imposibles de tratar mediante prevención, existen a nivel médico métodos estéticos para eliminarlas, entre los que podemos destacar el tratamiento laser, al incidir el láser sobre la piel, el rayo es captado por la oxihemoglobina y se lesiona el endotelio. La energía dependerá de la longitud de onda empleada y contra más elevada, más capacidad tendrá de penetrar. Esto se hace selectivamente sobre los vasos sanguíneos afectados y sin dañar los tejidos de alrededor. Al dañarse el vaso sanguíneo, el propio cuerpo lo reabsorbe de forma natural provocando la desaparición de la araña vascular.
   Otro tratamiento muy efectivo es la electrocuagulación, esta se emplea corriente eléctrica para coagular el vaso sanguíneo. Esta técnica también es muy frecuente para el tratamiento de pequeños lunares en la piel.
   Y por último podemos destacar el tratamiento de esclerosis, que consiste en inyectar al paciente una serie de fármacos esclerosantes justo en el área afectada. La acción de éstos es la de cerrar el capilar para que el color rojo de las lesiones que aparecen en nariz y mejillas desaparezca.
   Ciertamente este problema estético es muy común y genera preocupación entre quien lo padece. En el mundo de la cosmética existen varias cremas bastante eficaces, sobre todo en las primeras fases. Como siempre os digo, dudas, recomendaciones, lo que necesiteis... por aquí andamos!.
R.

viernes, 13 de abril de 2012

Hablando de Juegos....

   Los tiempos cambian y mucho!!, recuerdo yo de pequeña, (y de eso no hace mucho...), que pasar por una juguetería era la bomba!!, muñecas, cacharritos, legos, disfraces, combas, canicas, trompos, bolos, peluches..... En fin... un mundo de fantasía y de color que hacía que un niño se quedara hipnotizado con el entorno.
   Ahora si le preguntas a uno a que le gusta jugar, empieza a soltar un listado de nombres en clave que te dejan descolocado, PSP, Nintendo, y mil siglas más.... realmente no sé si la infancia de ahora, pegado a un ordenador, televisión o móvil son mejores que la que yo viví… simplemente es diferente, pero si os soy sincera no cambio el jugar al aire libre con los amigos, poder estar toda la tarde en mi bici verde recorriendo el pueblo, jugar a la comba o al elástico, al escondite, a las canicas… incluso al futbol con mis primos, ( eso sí, siempre me dio miedo que me dieran patadas, así jugaba de portera!).
   Los jóvenes ya no quedan de un día para otro en la plaza o en casa de alguno para salir… ahora hacen quedadas por Messenger, whatsApp o por facebook, “mola “mas chatear… es muy común verlos uno al lado del otro, embebidos en su teléfono móvil android sin dirigirse la palabra.  Ahora en mi ciudad se pueden ver con patinetes y monopatines de esos de forma psicodélica y ciertamente me ha alegrado ver que se están aficionando  alguna actividad física lejos de un teclado… está habiendo un boom de ciclismo y empiezan a proliferar los centros deportivos por doquier… será que lentamente estamos volviendo a lo de antes?.. esperanza tengo!.... pues sinceramente creo que la sociedad se está deshumanizando y que cada día tendemos más a la soledad... y eso queridos amigos... es muy muy triste, pues como bien reza el refrán: " Quien tiene un amigo, tiene un tesoro"... pero una amistad se cultiva como una planta, hay que regarla, podarla, hablarle, darle mimos, etc... o por desgracia se muere...
R.

martes, 10 de abril de 2012

Y hablando de Lactosa....

 Hoy quiero hablaros de la intolerancia a la lactosa. Es un tema muy frecuente y en ocasiones un gran desconocido. El intolerante a este producto debe cambiar su estilo de alimentación y todo lo que eso conlleva. Es posible que tú mismo padezcas esta alteración metabólica o que tengas un familiar o amigo que la sufre... por ese motivo me gustaría aclarar algunos conceptos con el fin que podáis comprender un poquito lo que conlleva esta patología.
  La lactosa es el azúcar de la leche, un disacárido formado por una molécula de glucosa y otra de galactosa. Cuando la lactosa llega al intestino delgado, la enzima lactasa actúa sobre la lactosa que se encuentra en los alimentos ingeridos, dividiéndola en las dos moléculas que la componen, con el fin de que puedan ser absorbidas, digeridas y transportadas a través del torrente sanguíneo. Cuando la persona tiene un déficit de lactasa (la enzima lactasa presenta una baja concentración o no se produce), la lactosa de la dieta no puede ser digerida en el intestino delgado, pasando directamente al intestino grueso, donde es fermentada por la flora bacteriana, provocando náuseas, diarrea, calambres, gases e hinchazón del vientre. Esta situación se conoce como intolerancia a la lactosa.
  La intolerancia a la lactosa es muy común y afecta al 75% de la población en todo el mundo. Hay ciertos grupos étnicos más propensos a padecer esta afección, como las razas asiáticas, en las que cerca del 90% de la población presenta este trastorno intestinal. También es frecuente en grupos africanos, hispánicos y procedentes del sur de la India. En España, el trastorno afecta aproximadamente al 19-28% de la población
  Puede ser hereditaria (primaria) o adquirida (secundaria). En la intolerancia de origen primario se produce una deficiencia de lactasa que se hereda de forma recesiva (es necesaria la presencia de dos copias de un gen anormal para padecer el trastorno). En los seres humanos, la ingesta de leche es vital durante la infancia, y por ello en esta etapa de la vida la lactasa suele tener niveles altos, que disminuyen progresivamente con la edad. Por este motivo, la intolerancia primaria a la lactosa se manifiesta frecuentemente a partir de la adolescencia, aunque puede comenzar antes de los 7 años. La deficiencia de lactasa congénita (presente en el momento del nacimiento) es frecuente en niños prematuros, ya que los nacidos a término no suelen manifestar signos de intolerancia a la lactosa hasta alrededor de los 3 años de edad; los síntomas se manifiestan al iniciar la ingesta de leche y consisten en diarrea acuosa, dolor abdominal e irritabilidad, y se resuelven al eliminar la lactosa de la dieta.
  En cuanto a la intolerancia adquirida o secundaria, tiene su origen en un daño de la mucosa intestinal o una reducción de la superficie de absorción, causada por diferentes patologías intestinales como gastroenteritis, síndromes de malabsorción, enfermedad de Chron, enfermedad celíaca, desnutrición, intestino corto, etc.
  También puede darse una intolerancia a la lactosa transitoria, o deficiencia funcional, a consecuencia de alguna enfermedad intestinal o un tratamiento con antibióticos que haya afectado al aparato digestivo, y en pacientes que hayan sufrido un vaciamiento gástrico rápido, generalmente después de una cirugía. En estos pacientes la actividad de la enzima permanece, sin embargo no existe una digestión completa de la lactosa por la disminución del tiempo de contacto con la mucosa intestinal.
  Pueden aparecer uno o varios de los siguientes síntomas, tras la ingesta (entre 30 min y dos horas después), de productos que contengan lactosa: “Náuseas. Hinchazón abdominal. Dolor abdominal. Gases. Diarrea. Heces con olor fétido. Pérdida de peso”.
  Para diagnosticar la intolerancia a la lactosa en cualquiera de sus formas se utilizan varios métodos, y el más sencillo consiste en eliminar la lactosa de la dieta y evaluar si desaparecen los síntomas.
  El test de intolerancia a la lactosa o de glucosa plasmática se basa en el aumento de la glicemia mayor a 20 mg/dL, tras una hora de haber consumido una carga de 50 g de lactosa. Si dicho aumento no se produce, la prueba es positiva, ya que significa que el disacárido no ha sido hidrolizado y absorbido.
  En el test respiratorio de hidrógeno se administra la lactosa al paciente por vía oral. En los sujetos con intolerancia a la lactosa la ausencia de absorción intestinal favorece su llegada al colon, y tiene como resultado la liberación de hidrógeno y su eliminación a través del aire espirado. Por lo tanto, una elevada concentración de hidrógeno en el aire espirado después de la administración de lactosa indica intolerancia a la misma.
  El test de acidez en deposiciones se emplea sobre todo en los niños pequeños y en los lactantes, en los que resulta difícil realizar otro tipo de pruebas. Consiste en analizar las deposiciones que, en el caso de existir una mala absorción de lactosa, son más ácidas de lo normal, porque cuando la lactosa es metabolizada por la flora bacteriana del intestino grueso, se incrementa el contenido de ácido láctico en las deposiciones.
  Otros métodos de diagnóstico son la biopsia intestinal para cuantificar la actividad enzimática y el estudio genético.
  Es habitual que se confunda la intolerancia a la lactosa con el síndrome del intestino irritable, por lo que se debe realizar el diagnóstico diferencial para confirmar que se trata de un déficit de lactasa y no de otro tipo de trastorno intestinal.
  Existen dos alternativas para el tratamiento de la intolerancia a la lactosa. La primera es  suprimir de la dieta todos los alimentos que tengan lactosa, es decir cualquier producto que contenga leche o queso o que se haya elaborado a partir de estos, ya sea de forma total en los pacientes muy sensibles, o de forma leve en pacientes menos sensibles, que pueden permitirse ingerir pequeñas cantidades de lactosa.
  El déficit de lactasa varía de una persona a otra, y también a lo largo de la vida, por lo que se puede averiguar el grado de intolerancia a la lactosa de cada paciente, y determinar el tipo y cantidad de lácteos que puede consumir.
  Se debe tener en cuenta que la lactosa puede estar presente en la composición de muchos alimentos o bebidas y no solo en los productos lácteos. Puede haber lactosa en el pan, caramelos, fiambres, postres, sopas, salsas y medicamentos, por lo que se recomienda leer siempre las etiquetas de los alimentos para identificar la presencia de lactosa. El consumo de yogur con cultivos bacterianos vivos produce liberación de lactasa bacteriana bioactiva en el intestino.
  La otra alternativa consiste en la administración de sustitutos de la lactasa. Tomar suplementos de la enzima lactasa antes de consumir productos lácteos puede evitar la aparición de síntomas en algunas personas, sin embargo, no es eficaz en todos los pacientes que sufren este trastorno.
   Espero haberos aclarado algo, ( aunque me temo que me quedo un post muy técnico), como siempre os digo, dudas, aclaraciones, comentacrios, etc... podeis enviarme un email!!.

R.