No debo de ser la única, pues en un articulo reciente que he leído afirmaba que el número de trabajadores que regresan al trabajo sin padecer los síntomas de depresión postvacacional ha aumentado en 14 puntos porcentuales respecto al año anterior, según ha evidenciado el Informe Randstad sobre el estado anímico a la vuelta de las vacaciones. De este modo, un 53,3 por ciento de las casi 1.000 personas encuestadas en toda España afirma no tener esta patología en el regreso a su puesto laboral, cifra que en 2011 alcanzaba el 39,26 por ciento…
Esto no implica que el estrés que provoca la reincorporación al puesto laboral conlleve una desazón que la mayoría necesiten entre una y dos semanas para adaptarse y desarrollar su actividad profesional con normalidad, Además es aconsejable ser positivos y constructivos, planificar tareas y establecer un orden de importancia, y tener una comunicación fluida con el resto de compañeros.
En el aspecto físico los síntomas de la depresión postvacacional pueden ser problemas musculares, malestar general, cansancio, falta de apetito, insomnio o taquicardia; mientras que en el aspecto psíquico las consecuencias del síndrome postvacacional son irritabilidad, tristeza, ansiedad y una irrefrenable sensación de vacío. Con el fin de prevenir esto, se recomienda fraccionar las vacaciones. Este nuevo hábito vacacional, cada vez más común, prolonga la sensación de vacaciones y descanso, evitando las llamadas incorporaciones traumáticas, que derivan en la depresión postvacacional. En fin... mucho ánimo!.
R.
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